Desde los tiempos más remotos, la sociedad siempre ha necesitado de organización, por lo que podría decirse que el derecho es necesario para la convivencia humana en sociedad.
La convivencia humana es una constante relación e intercambio. Es probable que el individualismo, del que los occidentales somos herederos, tenga uno de sus relevantes orígenes en Sócrates. Sócrates animaba a conocerse a sí mismo. Así figura en el templo de Delfos, 'Conócete a ti mismo'. Pero no se trata del individualismo propio de la sociedad post-industrial de nuestros días. Pretendía que los hombres reconocieran sus límites, su ignorancia, y que entendieran que el conocimiento reside en la virtud.
La aparición del individuo y la individualidad van de la mano al surgimiento de millones de nuevas ideas, de nuevas instituciones, de nuevos sistemas de simbolización. Pero, la historia no acaba aquí. Algunos dicen que el capitalismo, no satisfecho con la destrucción de la comunidad, ha destruido, a su vez, la individualidad. Sin embrago, es falso. La voluntad lleva a los humanos a tomar decisiones, y si a lo largo de la vida unos nos encontramos en condiciones de discernir acerca de situaciones más o menos complejas que tienen que ver con nuestra vida y con nuestra sociedad, y otros, como el capitalismo, no cuentan con las herramientas para hacerlo, eso ocurre porque nosotros mismos como sociedad lo permitimos, porque no somos capaces o no nos interesa asegurarles a todas las personas las mismas condiciones de vida para desarrollarse en plenitud. Todo acto satisface necesidades y hacerlo valer, es lo que nos corresponde.
Todo acto tiene sus consecuencias. Las consecuencias jurídicas a que da origen la producción del supuesto pueden consistir en el nacimiento, la transmisión, la modificación o la extinción de facultades y obligaciones. El vínculo que une a las consecuencias normativas, es que existe una relación importante entre las causas y los efectos en el ámbito de la naturaleza; como el alemán Helmholtz. Según él, la ley natural establece que “a determinadas condiciones (que en cierto respecto son iguales) se hallan necesariamente unidas determinadas consecuencias (que en otro cierto respecto también son iguales)”.
Estado de derecho a la forma de organización política en la que se encuentra sujeta la vida social, que por medio de un marco jurídico ejecuta un conjunto de reglamentos a fin de garantizar el principio de legalidad y los derechos fundamentales de todos los ciudadanos.
El Estado de derecho está compuesto por el Estado, que representa la organización política, y por el derecho, que es el conjunto de normas sobre las cuales se rige el comportamiento de la sociedad. Por tanto, cada decisión que se tome, desde los distintos órganos o entes públicos del Estado, debe estar regida por la ley y respetar los derechos de todos los ciudadanos. Es decir, el poder del Estado se encuentra limitado por el derecho, esto a fin de evitar abusos de poder o violación de derechos.